De visita por Liébana

¿Como eran los carriles bici de pequeños?
Hemos estado visitando Liébana, y hemos recorrido el camino de La Campañana un camino que une Tama, desde la Posada Rural de El Corcal hasta Potes paralelo al Río Deva por su margen izquierda.
La primera reflexión que nos surgió es que parecía un carril bici y eso nos hizo pensar. ¿De dónde salen los carriles-bici?, ¿Cómo eran de pequeños?. No pretendemos hacer una guía turística, sino mas bien una guía metodológica para proyectistas y promotores.
En un principio era el campo, el territorio donde, a lo largo de una topografía diversa se distribuyen actividades. Hay agricultores y ganaderos que tienen fincas y las explotan, hay construcciones de uso ganadero, torres eléctricas de suministro, líneas eléctricas de transporte, viviendas, redes de saneamiento, depuradoras, en definitiva formas de ingeniería desarrolladas para vivir en común.


Todo ello ha de contar con un poco mas de ingeniería, caminos, conexiones, recorridos, accesos, llamémoslo como queramos pero nuestra sociedad se hace patente cuando nos dotamos de esos elementos que nos unen. En ese momento aparece una competencia de usos, vehículos familiares, ciclistas, paseantes, grandes tractores azules que se cruzan en el camino. Unos conviven armónicamente, se cruzan y se saludan, otros se imponen y te obligan a saltar la valla. A este escenario lo llamamos Movilidad.


Después se trazan recorridos, en este caso tenemos el Camino Lebaniego, sobre esos tráficos locales de corto recorrido surgen y se instalan nuevos usuarios que recorren itinerarios de otro cariz, con otro motivo, con otras distancias, otros orígenes, que ven ese camino en un plano a otra escala. El recorrido ha dejado de ser un ejercicio puro de movilidad y pasa a ser también un recorrido turístico. Por otro lado empezamos a ver señalización de itinerarios, planos, distancias. Un recorrido no es tal hasta que tiene hitos de comenzó y de llegada. El camino es una vía, son etapas, son servicios . . . , son nuevas formas de valor, paisajes, biodiversidad, ecosistemas.
En tercer lugar surge un nuevo modo de transporte emergente, la bicicleta, que se ha consolidado como una referencia de movilidad de turismo y de deporte. Aunque además tiene una muy larga e intensa tradición ciclista desde siempre.


Pues bien, tenemos un trazado, una movilidad, unos movimientos claros, unos orígenes y destinos claros y unos estándares técnicos que requiere el proyecto de una vía moderna. Solo falta una voluntad de concebir la vía ciclable en el marco de un mapa regional y nacional de vías homólogas. Pero además falta pensar con una óptica amplia ¿qué activos valiosos existen cerca? Paisajes, elementos patrimoniales, espacios ambientalmente valiosos, ¿Cómo se puede continuar desde Tama hacia el Norte? Ermita de San Francisco, Castro Cillorigo . . . . Bici de turismo, bici de montaña, circuitos locales . . .


Finalmente no podemos dejar de recordar que la financiación de Fondos Europeos ahora disponibles puede llegar a ser muy alta y tendremos todos los datos sobre la mesa.
Con todo ello tenemos un escenario que combina, ambición para salir en el mapa mas allá de lo local, tolerancia por parte de los usuarios locales, nuevas oportunidades, costes a asumir y posibles escenarios a definir. En los tiempos presentes estamos viendo respuestas de todo tipo a este dilema, pues bien todas estas palancas son los elementos determinantes del futuro de la red de caminos ciclistas

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