Ha llegado a nuestras manos la Declaración Europea sobre el uso de la bicicleta adoptada en abril de este año por el parlamento Europeo. Confieso que ese tipo de declaraciones rimbombantes nos suelen sonar a hueco, pero nos ha llamado la atención lo siguiente, entre sus 36 medidas tiene las siguientes :
“Nos comprometemos a :
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- (3) dar prioridad a las medidas relativas al uso de la bicicleta en la planificación de la movilidad urbana sostenible, incluida la zona de desplazamiento pendular que se extiende más allá de las fronteras municipales
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- (11) aumentar significativamente la seguridad y la coherencia de las infraestructuras ciclistas en toda Europa;
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- (13) proporcionar suficiente espacio para los ciclistas y otros usuarios vulnerables de la vía pública a fin de incrementar los niveles de seguridad, en particular mediante la separación física de las vías para bicicleta y el tráfico motorizado siempre que sea posible
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- (17) proporcionar apoyo técnico, subvenciones y financiación para ayudar a desarrollar y aplicar estrategias relativas al uso de la bicicleta e inversiones relacionadas con este; esto incluye utilizar los instrumentos de la Unión disponibles, en particular el Fondo Social para el Clima, el Fondo Europeo de Desarrollo Regional, el Fondo de Cohesión, el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural, el instrumento de apoyo técnico y el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia para apoyar las medidas relacionadas con el uso de bicicleta;
- (18) reflejar el uso de la bicicleta en las inversiones efectuadas a todos los niveles de gobernanza
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- (30) promover y aplicar soluciones multi-modales en las zonas urbanas, suburbanas y rurales, así como en relación con los viajes de larga distancia, mediante la creación de más sinergias entre el uso de la bicicleta y otros modos de transporte, como, por ejemplo, permitiendo el transporte de más bicicletas en autobuses y trenes y proporcionando zonas de estacionamiento seguras y protegidas para bicicletas en estaciones y centros de movilidad;
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- (32) crear condiciones favorables para apoyar el uso de la bicicleta como medio sostenible de ocio y turismo
Mantener este compromiso tiene implicaciones muy importantes. Hasta ahora, hemos podido comprobar que el avance de las infraestructuras ciclistas está al albur de las “opiniones” y “juicios” de funcionarios y políticos, que según sus opiniones particulares y según el respaldo que creen observar entre sus administrados, y superiores deciden “interpretar” las estrategias y a menudo ahogarlas con restricciones. Pues bien, las cosas se aclaran, las estrategias transnacionales aprobadas por el máximo órgano legislativo de la unión Europea son claras. La declaración comienza con “Nos Comprometemos”.
Estos compromisos se engarzan con las estrategias nacionales, que tampoco tienen desperdicio.
Destaca que hemos descubierto que la bicicleta es no solo un medio de transporte urbano e interurbano sostenible, sin emisiones, al que hemos de hacer sitio en nuestro medio urbano, periurbano y rural, y dotarlo de unas condiciones que le permitan crecer, sino que además es un instrumento clave en las estrategias educativas, de convivencia y de salud, en su lucha contra el sedentarismo. Nada que añadir.