Estamos viendo estos días en la prensa que se va a abordar la construcción de un nuevo carril bici en la vaguada de las llamas a lo largo de la S20. link Nos ha gustado mucho la noticia porque creemos que va a cambiar el panorama ciclista de la ciudad en muchos sentidos. Se trata de un carril bici que discurrirá a ambos lados de la S20, separando la circulación por sentidos, conectando el Parque de las Llamas y la Playa con la zona de la Bajada del Caleruco.
Frente a una aproximación blanda que se había venido observando en las propuestas municipales anteriores hasta la pandemia y el confinamiento, en las que se trataba de colocar los carriles sobre espacios peatonales poco usados, como las aceras de la Avenida de los Castros, o muy amplias de espacio como el muelle de Calderón, se consolida la aproximación moderna que, siguiendo las recomendaciones normativas, coloca los carriles separados de las aceras y del trafico rodado, como ya se hizo en Reina Victoria. Las recomendaciones para el diseño de vías ciclistas definen como opción prioritaria la que se va a adoptar aquí. Dos carriles separados entre sí, con una separación física del tráfico rodado y de las aceras peatonales.
La presencia de rotondas de tráfico a lo largo de la S20 obligará a resolver los cruces introduciendo las soluciones modernas tipo rotonda holandesa o similar. Se trata de mantener un anillo de carril ciclista en la periferia de las rotondas dando prioridad y protección a la bici en cada intersección, con isletas y espacios protegidos. Gran oportunidad de ensayar y poner en marcha esas soluciones que tanta falta nos hacen en el tráfico urbano.
Se está poco a poco construyendo una red conexa que aprovecha los carriles existentes y sirve a los grandes generadores de flujo para multiplicar los recorridos potenciales para la bici. En una entrada previa os hablamos del nuevo carril de la glorieta de Los Osos y General Dávila, con una gran potencia de articular itinerarios en la zona, conectando el centro de Santander, la plaza de Numancia, los Juzgados, Cazoña….. Pues bien, nos encontramos ahora con una situación similar, salir de la playa y la universidad, con seguridad, con itinerarios conexos que nos permitan recorrer la Vaguada de las Llamas va a cambiar los recorridos y las costumbres, y será para bien. Bravo¡¡¡.
Incluso en la zona del Caleruco, donde la trama urbana está poco definida y racionalizada, veremos como los recorridos ciclistas mostrarán su potencial como ariete de la ordenación de espacios y usos. A veces nos sorprendemos y hasta nos quejamos cuando proyectos de ingeniería que se concibieron antes de que la bicicleta emergiera como modo de transporte, sirven para perpetuar esas carencias. Se hace entonces difícil adaptar los espacios consolidados a los nuevos usos. Es interesante ver como la bici, si se despliega a tiempo, ayuda a ordenar y definir usos y espacios.
Tenemos además la esperanza de que la presencia de proyectos modernos y ambiciosos como los que el Ayuntamiento esta adoptando sirva para empujar para la resolución de esos puntos negros que han ido quedando en la red, porque cuando se proyectaron, el tráfico ciclista existente no justificaba soluciones rupturistas: la conexión hacia la Albericia, la salida de Santander por la Marga – Parayas, la conexión por los Castros, todos ellos están mas cerca de ser mejorados a la vista de los éxitos cosechados. Entre los efectos que la disponibilidad de los nuevos carriles tendrá sobre la red viaria y la mejora de la calidad de los espacios urbanos que se derivará de la presencia de los nuevos elementos, veremos como ulteriores mejoras van siendo posibles.
Y finalmente queremos recordar el análisis del impacto sobre la salud de las personas que se está haciendo patente gracias a la bicicleta. En una entrada reciente os hablamos ya de las evidencias que se están recogiendo en la literatura científica de que la movilidad ciclista no es solo una aportación al sistema de transporte sino a la salud y bienestar de todos. Bravo de nuevo.