De Torrelavega a Corrales

Al final llegó el día 3 de mayo, teníamos los rosarios desgastados, porque ¡anda que esta primavera loca nos tenía temblando!. Además, esta salida era especial, por un lado celebramos el 25 aniversario de las Vías Verdes en España, por otro estamos en la semana de Santo Domingo de la Calzada, patrón de los Ingenieros Civiles, y además hemos batido record de apuntados. ¡Esto de Ingebike pita!.

Muchas gracias de nuevo a la Universidad de Cantabria, y en concreto al servicio de Deportes de la UC (que nos permite usar un día las bicicletas eléctricas de la casa) y al Vicerrectorado de Sostenibilidad y Espacios, que sigue apostando por nosotros en su nueva configuración.

A los asistentes les facilitamos algo de catering para el viaje gentileza de la UC, así como unos folletos que nos mandaron nuestros amigos de Vías Verdes.

Aquí os ponemos la foto de los intrépidos ingebikers, como veréis avezados ciclistas, voluntariosos y madrugadores en un sábado precioso, reunidos en la Escuela de Minas de Torrelavega.

Empezamos el día conociendo Torrelavega, y aprendiendo a circular en medio urbano: un poco de caminos, un poco de señales y a quitar el miedo. Una vez más Torrelavega nos dio una lección de buen hacer en el mundo ciclista, amabilidad, seguridad, respeto y calma.

Esther González, nuestra urbanista Ingebiker nos fue presentando Torrelavega, su desarrollo y sus vías. Nunca nos cansamos de decirlo, circular por caminos separados para ciclistas, protegidos de la calzada y de la acera por vegetación, es una verdadera delicia. Cuando nos preguntamos cuales son la barreras a la movilidad ciclista siempre recordamos esta imagen.

En la primera parte de la salida, recorrimos el Boulevar Ronda, hacia la entrada de Torrelavega por el Polideportivo de la Habana Vieja, donde tuvimos un rato de aprendizaje. Aprendimos mucho y descubrimos otro poco de esa ingeniería que no se ve, que nos ordena los espacios y nos ayuda a prepararnos con décadas de antelación. Todos queremos soluciones rápidas y a veces olvidamos a los que nos resuelven calladamente los problemas.

Continuamos por la Ronda ciclista de Torrelavega y aprovechamos para mostrar a los asistentes menos acostumbrados que se puede recorrer el medio urbano en bicicleta. Ya empezábamos a oír comentarios sobre lo interesante de la vía, y cómo contribuye a mostrarnos lo que la ciudad tiene de hermoso. Otro de los objetivos de Ingebike.

Pasamos por la cercanía de la Sniace, y llegamos hasta el límite de Santillana para acceder a la Vía Verde del Besaya. Ya la habíamos recorrido hacia Suances el día del diluvio universal de Ingebike, ¿os acordais?. Esta vez nos dirigimos hacia el sur, y empezamos a disfrutar del paisaje que la primavera nos ha preparado este año.

Hicimos una parada en el Parque de la Viesca, donde recordamos la historia industrial de Torrelavega que nos iba a acompañar el resto del viaje. Esther de nuevo nos hizo rememorar la historia del lugar y nos hizo ver como las acciones ordenadas y coordinadas en el pasado constituyen una herencia valiosa y a veces imperceptible.
!!La ingeniería que no se ve¡¡.

Al abordar la subida hacia Corrales empezamos a ver caras de sorpresa, una vía fluvial que es una preciosidad, inserta en la naturaleza, pero que nos permite contemplar como nuestra presencia y nuestras acciones conviven con ella.

Continuamos a través del parque de Cartes, para coger el antiguo Camino Real hacia Riocorvo, un pueblo muy hermoso donde tuvimos que abandonar la senda para evitar el tramo peatonal cerrado del camino, sorteando el pueblo, (tranquilos a la bajada lo visitamos)

Paramos en la antigua fábrica de sacos de yute donde pudimos comprobar como la Cuenca del Besaya conserva rincones hermosos, pese a haber sido protagonista del desarrollo industrial de la región.

Al pasar por el balneario de las Caldas el paisaje nos sorprendía, es el balneario más antiguo de Cantabria y tendríamos que conocerlo, pero varios de los asistentes nos preguntaban, ¿Y este sitio? Nuevo resultado de Ingebike. Por cierto, nos chivó Esther que en este balneario falleció Ildefonso Cerdá, el mejor urbanista de la historia de España, (Ingeniero de caminos Ilustre, por cierto).

A partir de aquí, seguimos hacia Barros, recorrimos el polígono y cogimos camino hacia Corrales por el camino de tierra hasta llegar al Barrio Juan XXIII donde una vez más aprendimos del urbanismo industrial que dio forma a la cuenca del Besaya, de nuevo Esther nos puso al día. Hablamos de los proyectos industriales de Forjas de Buelna, de su papel dinamizador de la industria y de la herencia que nos ha dejado.

Tras esta parada continuamos hacia el centro de Corrales y abordamos el gran desafío de la jornada, el premio de la montaña de Ingebike, para subir a la planta de tratamiento de agua potable de Aguas de Torrelavega. Todo un rampón, pero lo subimos como leones.

Aquí cogieron el testigo nuestra Ingecatedrática Amaya Lobo y nuestro colaborador habitual Rubén Díez Montero, profesores del área de Ingeniería Sanitaria de la UC que de nuevo hicieron surgir la magia de Ingebike. Resultó muy interesante descubrir toda la ingeniería que lleva el negocio del agua, primero la localización estratégica para atender al movimiento del agua por gravedad, no necesitar bombas en tiempos de apagones es un puntazo. Por otro lado, aprendimos todo lo que se hace para cuidarnos proporcionándonos agua limpia. Cuando supimos que parte de la planta tenía más años de edad que casi todos nosotros, y nos contaron como los técnicos la cuidan para que dure otro tanto, lo volvimos a a recordar, ¡¡¡la ingeniería que no se ve!!!

Observen que atención, daban ganas de pasarles un test, nunca un decantador, un floculante o un filtro recibieron tanta atención. En serio, saber todo lo que ocurre antes de abrir un grifo fue toda una experiencia.!Más ingeniería que no se ve¡ Otro resultado de Ingebike. Creo que todos salimos de allí queriendo ser ingenieros.

Desde aquí arrancamos camino de casa y volvimos a recorrer la Vía Verde, y notamos que nos era más familiar. Creo que era porque íbamos cuesta abajo. Esta vez paramos en Las Caldas y en Riocorvo que nos encantaron. Y lo que más nos gustó fue oír como nuestros ingebikers planeaban nuevas excursiones para enseñarles la vía a los amigos. ¡Otro resultado del programa!. Jopé esto de Ingebike sí que funciona.

Finalmente llegamos de nuevo a Torrelavega y tras una reflexión de resumen y un intercambio de saludos cariñosos nos despedimos hasta la próxima salida. De nuevo prueba superada, nuevos amigos, mucho aprendizaje, y ¡qué demonios!, eso es la Universidad, un sitio donde haces cosas interesantes, aprendes y sales mucho mas rico de como entras.

Os dejamos un pequeño croquis del recorrido por si queréis repetir. Hasta la próxima.

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