Esta semana del 19 al 23 de mayo tuvimos un par de salidas de ingebike con dos grupos de alumnos de 3º curso de la ESO del instituto Valle de Camargo. Nos organizaron la salida Luis, profesor de tecnología y Raquel, profesora de educación física.


Lo primero que hay que decir es que fue una salida muy agradable, los chavales tuvieron un comportamiento ejemplar y lo pasamos muy bien.
En la primera salida recorrimos las vías ciclistas de Camargo llegando hasta La Vidriera fue una ocasión para que todos conociéramos los caminos de la Ría del Carmen. Uno de los objetivos de Ingebike es romper las barreras que nos hacen no coger las bicicletas así que primer objetivo superado. Desde ahí seguimos hacia las marismas negras entre Astillero y paramos en el puente junto a la fábrica de Ferroatlántica. Allí pudimos aprender lo interesantes que pueden llegar a ser los proyectos de estructuras, aprendimos de los materiales, de las cimentaciones y de las formas. La verdad que parecía todo mas fácil visto desde la Bici.


Continuamos hacia las marismas y aprendimos sobre todo el trabajo que los ingenieros hacen para mantener limpias las marismas, pudimos ver los esfuerzos que hacemos para mantener para proteger el medio acuático, para reutilizar el espacio del basurero, para crear espacios naturales para las aves, para protegernos de especies invasoras.

Después continuamos hacia el cargadero de la Orconera donde hicimos un resumen de las aportaciones de la ingeniería a nuestra vida diaria y de las tareas diarias del ingeniero.
Aprovechamos también para conocer el proyecto Vías Verdes y las posibilidades que nos aporta para recorrer y conocer el territorio en que vivimos. Hablamos del la red de 7000 km de vías férreas abandonadas y de las 3400 de vías ciclistas construidas sobre ellas.

Desde allí nos volvimos al instituto y se nos hizo muy corto. Aprendimos que en bici todo está mas cerca.

El segundo día con un nuevo grupo de alumnos tomamos camino hacia Santander, atravesando Maliaño y deteniéndonos en el parque de Cross.


Allí pudimos dedicar un tiempo a comprender que nuestras ciudades son el resultado de una planificación previa. !!Sorpresa¡¡. Nuestra entorno es como es porque lo hemos pensado y construido con antelación. Gracias a la ingeniería podemos vivir juntos.

Continuamos hacia las marismas de Alday, y allí pudimos hacer de nuevo una inmersión en el mundo de las estructuras, de los materiales y las formas. Asimismo, aprendimos como nos relacionamos con las marismas, que soportan los ecosistemas naturales, y como nuestras soluciones técnicas se tienen que adaptarse para conciliar su funcionamiento con el entorno natural.


Después seguimos hacia Santander y paramos en La Cántara, donde descubrimos el funcionamiento de una de las infraestructuras mas importantes de la Bahía de Santander. La existencia de un bombeo de saneamiento que se ocupa de evacuar todas nuestras aguas residuales de la Bahía fue una sorpresa para todos. !!Resulta que los olores de la zona son una gran noticia, porque significan que tenemos una bahía limpia¡¡



Llegamos a Santander y pudimos comprobar que es posible llegar en bicicleta hasta la ciudad. Algunos tenían dudas sobre el paso por las rotondas de nueva montaña. Se ven como una barrera peligrosa, pero pudimos comprobar como han avanzado las cosas en el el mundo de la bici, nos dimos el gustazo de demostrar que el trato al ciclista es mucho mas civilizado de lo que esperamos. Los coches respetan las normas y la circulación es segura. Eso sí al llegar tuvimos que echar pie a tierra y cruzar andando hacia el parque de la Marga, una asignatura pendiente desde hace tiempo.


Desde allí volvimos al instituto y nueva sorpresa, habíamos hecho 10 km sin despeinarnos. Nueva lección, las distancias en bici no son tan importantes .
