En una declaración oficial de la Consejería del mes de mayo link pudimos saber que estaba en proceso de estudio el proyecto de la conexión ciclista y peatonal por la “Carretera de los Puentes” entre Cicero y Monteano, camino de Santoña. Por supuesto nos interesamos por la noticia y aguantamos la respiración, es un proyecto no muy grande, apenas 2 km pero desde luego muy interesante. Ved en la imagen el entorno natural.

Atravesar las marismas de Santoña y Joyel es un itinerario muy atractivo, por el paisaje, la observación de aves, y el entorno al que accedes desde aquí, pero desde luego es un problema técnico de primera magnitud. Se trata de uno de los espacios naturales mas protegidos de Cantabria y aquí solo son posibles actuaciones muy cuidadosas.
Pues bien, recientemente hemos visto que salia el proyecto a información pública y no hemos podido resistir la tentación de echar un vistazo al proyecto. Ya sabéis nos puede la curiosidad y el entusiasmo. Como siempre, estas cosas nos sirven para reflexionar aprender.
Por un lado, la sempiterna ingeniería que no se ve, parece que todo empieza cuando llegan las excavadoras, pero hay un trabajo previo que comenzó hace mucho tiempo y que merece atención. Esta actuación estaba inserta tanto en el Plan de Movilidad Ciclista de Cantabria como en el Plan de sendas peatonales. Hace ya 10 años que la propuesta quedó inserta en la planificación, valorando sus posibilidades y su contribución a nuestra red de carriles. Sin aquellos pasos nada se podría abordar ahora.
El anteproyecto ha sido elaborado por el estudio de ingeniería Dynamis, lo que representa una garantía de calidad muy tranquilizadora. La intervención de Ingenieros de Caminos en los proyectos es una garantía de calidad y el caso de Dynamis es ejemplar en ese sentido. Los habituales de Ingebike recordareis las pasarelas sobre el Besaya en Torrelavega y la pasarela sobre la Ría de Suances, buenos ejemplos de su cuidado diseño.
Se han estudiado varias propuestas que se han sometido a Evaluación de Impacto Ambiental, con lo que se ha iniciado un proceso administrativo complejo destinado a garantizar que nuestras actuaciones no se realizan a costa de destruir nuestros espacios naturales. Poner en valor las marismas y el paisaje sin destruirlos es una exigencia demandado por nuestra sociedad. Pero eso no es ni sencillo ni inmediato. Honores a los profesionales que lo facilitan.

De entre las alternativas estudiadas llaman la atención las posibilidades de aprovechar las infraestructuras existentes, puentes, plataforma, escolleras de protección y tuberías de saneamiento. Todas esas actuaciones previas pueden dar soporte ahora a los nuevos itinerarios, permitiendo que los impactos sean menores. Es esta una característica de las vías ciclistas que nos gusta resaltar, a menudo los elementos necesarios para atender necesidades de otros servicios básicos pueden alojar las vías ciclistas minimizando, compartiendo el espacio en ocasiones como medidas de compensación.


Sí que nos ha parecido que las vías propuestas van a estar muy ajustadas de anchura, con tramos de 1,5 m en algún paso de puente, y de 2,20 m de ancho en los tramos sobre plataforma preexistente. Es un esquema en el que el potencial espacio ganado ha de ser compartido entre peatones y ciclistas, y la escasez de espacio obligará a compartir las restricciones ambientales. Se llama convivencia, y hay que cultivarla que es muy sana.
También nos ha llamado la atención que se propone aprovechar la ocasión para soterrar lineas eléctricas. Todos sabemos que necesitamos redes eléctricas, extensas tupidas y accesibles, pero ¿a que molesta cuando te fastidian una foto con un poste eléctrico y unas líneas? Pues, ¡bravo por la medida! que va a mejorar la calidad del espacio natural.
Respecto del presupuesto, hemos podido corroborar una vez mas que las vías ciclistas son de largo las infraestructuras mas económicas, con un coste de unos 220 euros por metro se trata de una actuación cercana a los 4 millones de euros. Sin duda una propuesta de gasto eficiente.
Hemos podido asimismo acceder al estudio de impacto ambiental que se somete en este momento a información pública, y como siempre resulta muy interesante el estudio de detalle de las condiciones ambientales existentes y el análisis de los potenciales impactos de las actuaciones. Conocer en detalle los ecosistemas, las condiciones de las masas de agua, el patrimonio histórico… es no solo un requisito para minimizar impactos, sino un primer paso para el disfrute de la obra final.

Asimismo, queremos dejar testimonio de que, cuando se aborde la construcción y se inaugure se habrá culminado un proceso en el que los ingenieros en el presente están dando hoy los pasos pertinentes para que todo vaya sobre ruedas. Esa es también la ingeniería que no se ve, que nos permite dotarnos de unos servicios de calidad.
Finalmente, no seríamos nosotros sin un poco de entusiasmo, este tramo es un cuello de botella que se elimina de una futura ronda de la marisma del Asón, una vez que se unan Laredo y Colindres, con este tramo se abre la comunicación con Arnuero, y Santoña. ¿Podremos soñar con una Vía ciclista de las Siete Villas que nos permita llegar hasta Somo y Pedreña? Nos dirán que soñar es mas barato que proyectar, y es verdad, pero todo gran camino empieza con unos pasos decididos.