Astillero propone un nuevo modelo de bicicletas

Acabamos de oír en una declaración difundida en Europa Press una propuesta del Alcalde de Astillero que nos ha hecho pensar. Os la transcribo:

Desde el Ayuntamiento de Astillero proponemos extender el sistema de bicicletas eléctricas que tienen en Santander a todo el Arco de la Bahía. Queremos que una persona que coja una bicicleta en Santander pueda moverse por Astillero, Camargo o Bezana, aprovechando los carriles bici que ya nos conectan”. Es una oportunidad para avanzar en movilidad sostenible y potenciar el turismo. Una oportunidad para convertir Cantabria en las Landas

Entendemos la implicaciones políticas de la declaración, y no deseamos involucrarnos en ellas. Entendemos que una cosa es definir un mapa final y otro un recorrido para ponerla en práctica, pero creemos firmemente en la importancia de abrir un debate como éste.

Como primera reflexión, creemos que la propuesta implica repensar el esquema concesional y la distribución de competencias entre los niveles administrativos. Es tradición encontrar a los Ayuntamientos y los Gobiernos regionales discutiendo por competencias y recursos y creemos que esta idea puede ser interpretada en esa clave. La política de movilidad sostenible tanto en su faceta provisión de carriles bici, como en su faceta provisión de sistemas compartidos de movilidad es competencia Municipal. Por tanto la situación de partida ha de ser vista de la siguiente forma:

  • El municipio más grande de entre los citados, ha establecido, previo concurso, un sistema de alquiler de bicis municipal. Este sistema esta sirviendo para desarrollar la movilidad ciclista, al dispersarse por el territorio los puntos de acceso y entrega a las bicis y sigue, por supuesto, las directrices municipales de desarrollo urbanístico y de movilidad.
  • El resto de los municipios citados, de menor entidad, y con condicionantes distintos para la movilidad pueden en todo momento, y en ejercicio de sus competencias, lanzar sus propios concursos para proveer el servicio y por supuesto se dotarán, si lo consideran adecuado, de la red de carriles bici al servicio de los objetivos de su planificación.
  • Condicionar los ulteriores concursos locales para provisión de bicicletas compartidas a la integración de los sistemas de gestión de bicicletas, es un reto técnico jurídico. Se vacía de contenido el concepto de concurso puesto que el ganador está definido a priori, y éste está en una situación de ventaja indudable en la negociación, al existir barreras físicas, técnicas y legales a la interoperabilidad de terceros. No habría competencia.

El instrumento que se está planteando es por tanto algo distinto, es complejo pero nos parece muy interesante, se trata de mancomunar los municipios y prestar los servicios de forma colegiada. Los procesos de integración económica y política se suelen presentar con el modelo de la escalera mecánica. Uno se sube y cada paso que da le lleva a seguir avanzando. Dar el primer paso es un avance estratégico relevante, pero éste ha de ser construir un instrumento de gestión (Consorcio, Mancomunidad o cualquier otro equivalente) y ello requiere ambición, valor y generosidad. Pero en segundo lugar el proceso requiere concebir la red de carriles bici al servicio de la movilidad como un todo, atendiendo, por ejemplo en el municipio A una necesidad que se manifiesta en la mejora de las conexiones con el municipio B. No se si veis la escalera mecánica en marcha.

Otra idea que surge de la propuesta es que la necesidad es ya patente, somos usuarios de los carriles y recorridos del arco de la Bahía y es habitual ver en ellos a ciclistas que utilizan las bicicletas de Santander fuera del Municipio, violando las normas de contratación, existen barreras técnicas, pero se les ve. Y la verdad uno les ve la cara y piensa, si estos sujetos son transgresores de la norma…. es que la norma esta mal. No se puede remar contra la marea y el ciudadano seguirá su camino, con o sin el apoyo de su Ayuntamiento.

La perspectiva desde el punto de vista del concesionario también puede tener sus matices, se está proponiendo transformar una movilidad urbana, con recorridos centro periferia o entre periferias urbanas, en un sistema de movilidad comarcal, orientado a nuevos tipos de viajes como excursiones etc y habría que tener claro que el modelo de gestión, la red informática y el sistema, y la tipología de bicicleta son compatibles. Asimismo, sería interesante reflexionar sobre las restricciones operativas que esto implica, el nivel de carga y capacidad de batería adecuados para una conexión por ejemplo entre Castilla Hermida y la Segunda Playa, ¿serían adecuados para una conexión entre Valdenoja y la Isla de Pedrosa? La compensación de los viajes de ida y vuelta y la garantía de suministro de bicis cargadas ¿sería igual de fácil o implicaría sobrecostes? ¿la atención por averías …? El reto es apasionante, pero es un reto, no lo olvidemos.

Respecto de la naturaleza de los viajes que estos sistemas nos desvelan con tanto detalle, de nuevo nos hacemos preguntas. ¿Se trata de un enjambre de viajeros entrando y saliendo de municipios limítrofes?, ¿Se trata de unos usuarios locales moviéndose en su entorno próximo, junto a un grupo menor que hace viajes mas largos por motivo ocio?. La invocación a querer ser las Landas, que compartimos, nos obliga a recoger evidencias para dotarla de significado.

Asimismo, vemos como el modelo propuesto activa necesidades de intermodalidad. ¿Por qué no llegar a Pedreña y volver en lancha, acceder a Cabárceno y retornar en autobús? ¿Podemos bajar del avión y coger una bici para ir a casa?. Las ramificaciones sobre el sistema comarcal de movilidad y su evolución futura son muy interesantes, pero requieren una revisión cuidadosa. No olvidemos los conflictos para coger un taxi en el aeropuerto que hemos vivido en el pasado.

Si seguimos con nuestro modelo de la escalera mecánica y el sistema resulta ser operativo y exitoso, nos veremos probablemente expandiéndolo para conectar Astillero y Villaescusa, y Marina de Cudeyo, y posteriormente Ribamontán, y ¿por qué no Bezana y Pielagos? y así sucesivamente. Ojo esto no quiere decir que alguien de Liencres vaya a acudir a la Playa de Langre con una bicicleta del sistema, sino que, en un territorio continuo, siempre hay una zona de borde cuyas conexiones resultan de interés. Ojalá lleguemos a abrir este melón, porque creemos que la capa de movilidad ciclista a nivel supra-municipal es muy relevante e inexplorada, pero de nuevo en unos años estaríamos hablando de coordinar redes más amplias de lo planteado. No sabemos donde está el límite, pero creemos que existe y debemos preverlo para no morir de éxito. Y no estamos elucubrando, leímos hace tiempo que la Mancomunidad de Valles Pasiegos había incorporado o al menos planteado la incorporación de Pielagos, (¿Liencres vs Solares?). En este sentido es importante la propuesta de pedir la intervención del Gobierno Regional para dar el salto al siguiente nivel administrativo. Existen consorcios comarcales de transporte en otros sitios, Cantabria no es tan singular como para no poder actuar. Eso sí, llegar con una idea que ignora lo preexistente nos da para fotos, pero para poco más.

Una cuestión importante en el esquema es el balance espacial del modelo planteado. Sin duda, en un modelo ampliado como se propone se superpondrán efectos de escala, (municipios grandes y pequeños con distintos intereses, y sin duda esto es una transferencia de fondos de los municipios grandes a los pequeños), densidad (en los municipios de baja densidad será mas cara la inversión), efectos centralidad, porque cada Municipio es el centro de su red, pero quizá no tenga la misma situación en una red más amplia y es importante que los beneficios y costes se equilibren para que la propuesta sea atractiva para todos los afectados. Y lo mismo ocurre con el balance inversor entre el municipio precursor (Santander) que ha pagado la implantación del sistema, y esta sujeto a las condiciones de un pliego y los eventuales seguidores, por ejemplo Bezana, Maliaño o Astillero, y si recordamos que son municipios de distinto color político y distinta distribución demográfica y habitacional, vemos que el problema no es baladí.

Pese a todo lo dicho, solo recordar que la demanda ciudadana existe y si las dificultades impiden el avance, no es el ciudadano el que falla. Y que siempre debemos ser ambiciosos, las piedras del camino existen pero debemos seguir el camino.

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