El agua de Santander

Por fin llegó el día, la verdad es que lo del tiempo de este final de agosto nos tenía preocupados, y como ya habíamos tenido que suspender la primera convocatoria, teníamos miedo de repetir. Pero al final no hay como tener un poco de esperanza e Ilusión, y aquí se presentaron nuestros aguerridos ingebikers.

En esta ocasión tuvimos de nuevo acceso a las bicicletas eléctricas de la Universidad, que a través de su Servicio de Deportes nos presta ese apoyo fundamental. Y por supuesto un lujazo de asistentes. La fecha no era la mejor, pero allí se presentaron 20 personas, atentos a la pandilla, ¡qué elegancia!. En esta salida contábamos con nuestro experto en Ingeniería Ambiental Ruben Díez Montero, que es además un ciclista de alto standing y que nos proporcionó unos momentos mágicos.

Quedamos a las 9:15 en el Polideportivo y desde allí salimos en dirección al deposito de Pronillo. Recorrimos la Avenida de los Castros y subimos hacia el Instituto J. M. Pereda. Por allí tuvimos ocasión de recorrer el nuevo carril bici que llega hasta la Glorieta de los Osos, que sin ser muy largo es un buen ejemplo de los ramales que el Ayuntamiento va incorporando a la Red de calles.

En el depósito de Pronillo, Rubén nos habló de la historia del Abastecimiento de Santander y nos describió tanto la tecnología y los procesos, como los condicionantes de altura que implica traer el agua desde Ontaneda hasta la ETAP (Estación de Tratamiento de Agua Potable) del Tojo, en Camargo, y finalmente a este depósito, entregándola en un punto que puede distribuir a casi toda la ciudad por gravedad. Comenzó, como es habitual el proceso de reflexión que es la esencia de Ingebike: cuantos somos, cuanto agua necesitamos, cuanto podríamos ahorrar… Mucha ingeniería en el aire.

Después bajamos por la Ciudad Jardín hasta Valdecilla y desde allí continuamos por la Marga hasta la salida del Carril Bici camino de Maliaño, ya sabeis, Nueva Montaña, Maliaño. Desde la Vidriera, tomamos el camino de la Ría del Carmen e hicimos una primera parada antes del Instituto. Allí Rubén, en su faceta de inge-ambientalista nos fue contando como los procesos de recuperación ambiental están permitiendo que tras años de presiones sobre el medio, vayamos recuperando unas condiciones ambientales mejores. Fue muy interesante cuando nos habló del uso de plantas como instrumentos de limpieza de contaminación acumulada durante años y comprobar como hemos invertido la tendencia nos llenó de placidez.

Continuamos por los caminos de Camargo y llegamos a la Ermita del Carmen, que muchos no conocíamos y por esos caminos pudimos conocer como es el territorio que nos rodea. Seguimos bordeando el alto de la Morcilla y finalmente, se disparó el Premio de la Montaña de Ingebike y subimos al alto en un periquete. Por allí tiramos hasta la estación de tratamiento, donde nos esperaba otra sorpresa.

Leofredo Pellón gerente de Aqualia en Cantabria, se había enterado de que una panda de aguerridos ciclistas iban a visitar la planta, y como no se lo debía de creer, allí se presentó a recibirnos y a enseñarnos la planta. ¡un sábado por la mañana!, un lujazo de visita nos proporcionó. Fue emocionante ver como iban surgiendo temas, los procesos, la decantación, el filtrado, el clorado… que fueron dando paso a los problemas de fondo, cómo y donde captamos, como lo gestionamos, como canalizamos las inversiones, como lo pagamos… Los ingebikers ya se sabe siempre aprendiendo. La verdad es que estas visitas nos hacen ver lo cotidiano con otro punto de vista y con estos ponentes es una pasada lo que uno aprende.

Desde aquí, ¡muchas gracias de nuevo por su amabilidad e ilusión en las expliaciones, así como al Ayuntamiento de Santander!

Después de la visita, bajamos hasta Guarnizo por una bajada de infarto, Allí no pudimos coger directamente la futura Vía Verde de Morero, porque está en este momento en obras, pero recorrimos el vial alternativo que recorre el polígono de Morero y pudimos continuar hasta Astillero. En Astillero paramos un rato en la Cantábrica y visitamos la laguna situada junto a la Autovía. Allí Rubén nos estuvo hablando de los proyectos de investigación que se abordan en la Universidad para encontrar soluciones basadas en la naturaleza para la regeneración de espacios contaminados. De nuevo la magia de Ingebike nos hizo brillar los ojos.

Desde Astillero continuamos por la vía ciclista a través de Maliaño, en este tramo parte de los asistentes se fueron desviando a sus casas, el resto continuo hasta Santander, donde despedimos el grupo con alegría y un hasta la próxima que se está convirtiendo en una seña de identidad de Ingebike y continuamos hasta la Universidad para retornar las e-bikes.

Conclusión, éxito de tiempo, éxito de asistentes, y éxito de aprendizaje. Ingebike en estado puro.

Os dejamos aquí el tracking por si queréis repetir

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