Llegó el gran día¡¡¡ . El sábado, 1 de marzo empezamos con la nueva temporada en este curso, la verdad es que pasamos un poco de ansiedad, hicimos de todo para conseguir buen tiempo, y bueno, nos tuvimos que conformar con 10 grados y poco sol . Llegamos pronto, y estuvimos en un ay un buen rato, pero bueno somos Ingebikers, allí estuvimos 27 asistentes nada menos. Nos hizo una ilusión volver a encontrarnos!!!. De nuevo todo funcionó, el Servicio de Deportes de la Universidad de Cantabria nos prestó las bicis eléctricas y formamos el gran pelotón de Ingebike.

Como siempre, empezamos conociéndonos, una charla de presentación instrucciones de circulación y a volar. El primer tramo lo hicimos por el parque de las Llamas, y nos sirvió de entrenamiento, el invierno a veces nos oxida bueno eso dicen.

Nos acercamos al puente arco sobre el Parque de las Llamas, que recibe el nombre de su proyectista, Juan José Arenas, catedrático de Puentes de nuestra Universidad y fundador de un exitoso estudio de Ingeniería de nuestra ciudad. Allí, nuestro estructuralista favorito, Javier Sánchez Haro se calzó el micrófono y oye, de repente !!!tachan¡¡¡ se hizo la luz y nos convertimos en atentos alumnos. Este hombre hace magia.


Que si los momentos, que si los estribos, que si las fuerzas se van de viaje en un momento, que si los arcos y las flechas, ¡que nivelazo!, salimos de allí mirándonos y diciendo. ¿Pero todo eso pasa a nuestro alrededor? La gente que pasaba nos miraba con curiosidad y alguno hasta se unía.
Después de un rato aprendiendo con Javi y con unas ganas renovadas nos echamos a rodar de nuevo por Santander, recorrimos el camino hasta la pasarela del carril bici de El Corte Inglés. La verdad es que era un espectáculo ver a nuestro grupo rodando. Aprendimos una nueva lección de movilidad urbana, Ingebike también va de eso, de romper las barreras que nos llevan a subirnos al coche. Vimos de todo, coches que nos dejan pasar con cariño y saludos, coches aparcados sobre el carril, peatones cruces, la ciudad. Ser ciclista urbano va siendo mas fácil, pero es siempre una experiencia.


Cuando llegamos a la Pasarela, Javier ya estaba entonado y nos dimos un nuevo atracón de estructuras. Este hombre consigue que entendamos el mundo que nos rodea con ojos de ingeniería. No esperábamos tanta expectación de verdad. Fue mágico. Con este hombre acabas poniéndote en la piel del ingeniero a la primera de cambio, no se si es por todo lo que sabe, o porque destila entusiasmo, pero nos hace ver la vida con otros ojos.


Y bueno, cuando nos metió a por debajo a ver las patas, los neoprenos que los llama el, casi vemos las fuerzas bajando hasta la cimentación todas en fila. Fue toda una experiencia. Hablamos de lo que representa un puente, como se construye y como se comporta. Aprendimos un montón.

En esta parada se nos unió nuestra Ingeniera costera favorita María Maza y ya todos juntos quedó claro que todo iba a salir bien.
Después, tiramos adelante hacia el parque de las marismas negras de Astillero y de nuevo pudimos comprobar que se puede salir desde nuestras casas y desplazarnos en bicicleta.

Aquí aprendimos otra cosa, era un día caótico, el tren estaba interrumpido, los autobuses estaban recogiendo viajeros, los coches hacían cola, un embotellamiento de libro, y ¿quién pasaba? pues ¿quién va a ser? los ciclistas y si son Ingebikers ya nada los detiene .
La siguiente parada fue en el puente que pasa sobre las marismas negras de Astillero, en el parque de los Cachoneros, junto a la fábrica de Ferroatlántica. Pudimos ver otro ejemplo de puente en otro entorno distinto, hablamos de mantenimiento, reparación, entornos urbanos e industriales, tipologías constructivas.


Y de nuevo Javi saco su varita y empezamos a ver la ingeniería con otros ojos, es muy interesante entender como se vive cada diseño y como se entienden los ingenieros con el medio y las necesidades sociales.
Y una vez mas, adelante con los faroles y hasta Astillero, algunos de los asistentes nos decían que no conocían esta vía de salida y que les encantaba.
Lo de Astillero ya fue la bomba, Javi nos presentó el puente de los ingleses, (el cargadero de la Orconera), nos habló de los puentes metálicos, y del mantenimiento de los puentes y que demonios de la belleza de la ingeniería. María Maza se unió al club y nos hablo de la historia del lugar de las actuaciones costeras. Aprendimos un montón, con María ya se sabe.


Desde aquí empezamos el camino de vuelta hacia Santander aunque aun hicimos alguna parada. Primero paramos en el puente de ferrocarril que pasa sobre la marisma y nosotros que pensábamos que no había nada nuevo y oye,que si las cartelas, que si la fatiga, que la soldadura … ¡Qué tío este Javi! le pones un puente delante y se tira en plancha.

Cuando veníamos de camino pasamos por delante del bombeo de Parayas y sacamos nuestro arma secreta, nuestro experto en ingeniería ambiental Rubén Diez que nos presento las infraestructuras de saneamiento que nos permiten vivir juntos. Una vez más nadie se había percatado de que pasábamos junto al bombeo que recoge todas nuestras aguas residuales y nos mantiene limpia la bahía.


Los que nos creíamos que se trataba de aprender de estructuras y puentes nos llevamos una gran sorpresa porque Ingebike tiene muchas caras y la charla de Rubén nos dejó impresionados. De repente aprendimos que los ingenieros nos ayudan a vivir en comunidad, y eso impresiona.
Continuamos hacia Santander y paramos en el Pesquero, donde Javi nos dio una última lección y nos despedimos con una sonrisa, ganas de vernos de nuevo y una sensación especial de satisfacción que se está convirtiendo en el elemento distintivo de Ingebike.

Por si queréis repetirlo por vuestra cuenta, aquí os dejamos os dejamos el plano del recorrido. ¡Un saludo cariñoso desde la UC!.
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