Reflexiones sobre el valor de las vías ciclistas

Cuando llegan estos periodos invernales hay tiempo para reflexionar sobre las experiencias del año. Será nuestro apego a la osera o será un fleco navideño, pero nos da por pensar. El caso es que nos han surgido con mucha frecuencia varias preguntas. La primera y mas importante siempre es la misma. ¿Cómo podemos convencer a la sociedad de los beneficios de una infraestructura como una Vía Verde?. Bien, pues después de muchas conversaciones he aquí lo que se nos ha ocurrido.

  • Reducción de Emisiones: El acceder a espacios naturales en bicicleta sustituye las emisiones de coches. Y no solo hablamos de CO2, nuestros coches emiten de todo. Además, no es solo un problema local en el punto de destino, se trata de que el turismo representa el 8% de las emisiones mundiales y se prevé que aumente al menos un 25% de aquí a 2030 y de que el transporte es responsable de alrededor del 50% de las emisiones globales del sector turístico. Por lo tanto todo lo que hagamos para que el 4% del PIB mundial que representa el turismo migre a un modelo energético sostenible es una fuente brutal de beneficios colectivos.
  • Diversión: Disponemos de unas redes ciclistas muy amables y la tecnología de pedaleo asistido es algo revolucionario, todo ello nos permite expandir el ámbito espacial de nuestras excursiones sin someternos a un agotamiento extremo. La presencia creciente de usuarios de las Vías Verdes no miente, la gente monta en bici porque lo disfruta. Y eso es que lo valoran.
  • La conciliación del uso de los espacios con valor turístico entre locales y visitantes es mucho mas fructífera si usamos la bici, ¿será el sosiego?, ¿será el menor impacto?, ¿será una mayor demanda de servicios?, o ¿será la elegancia natural del cicloturista?, no lo sabemos, pero es mejor recibido que el automovilista.
  • Las oportunidades locales de negocio: desde alquilar bicicletas hasta alojar ciclistas, con todo lo que nos imaginemos por el medio, carga de baterías, reparación, auxilio al accidentado, visitas guiadas,… puedo seguir ¡eh!. Si ponemos al cliente en el territorio solo falta un ingenioso emprendedor que le suministre servicios. Si recordáis, en un post reciente os contábamos del proyecto experimenta las Vías, en el que se ha creado una plataforma global para proveer de servicios locales a cicloturistas, esa es la tendencia.
  • Inclusión: El ciclismo al servicio de personas de todas las edades, que sufran de alguna discapacidad o que tengan un nivel de entrenamiento físico pobre, es un instrumento de integración social de primera; por sus espléndidos resultados y por el poco gasto que requiere. Recordad que la nueva vía de verde del Santander -Mediterráneo en Obregón le va a costar a Cantabria 80 euros por metro, ¿alguno de nuestros oyentes ha tenido que echar el suelo del baño recientemente?
  • Salud: creo que de ésto ya hemos hablado largo y tendido. Los resultados epidemiológicos son inapelables, el ejercicio es salud. Y recordad de nuestros posts, es salud física y salud mental, ojo. Vale, de acuerdo, recibo la crítica, eso se nota sobre todo en los ciclistas habituales. Pero es que también hay efectos indirectos, seguid leyendo el siguiente párrafo. Pero además, ¿cuántas veces nos encontramos a amigos que ante un problema de salud se han comprado una bici?.
  • Efectos indirectos: Una de las barreras que nos aleja del ejercicio es la falta de hábito, y de la bicicleta otro tanto, pero plantear una oferta de ocio seguro y de calidad, como es el caso de una vía, servirá para romper reticencias en el uso de la bicicleta empujando a los usuarios hacia un modo de transporte al que no acaban de incorporarse. Entendemos que, una vez que un usuario traspasa la barrera y acepta que el uso de la bici se incluye en el menú de alternativas para su ocio, lo hace también en su menú de alternativas de movilidad. Y entonces el impacto se multiplica.
  • Y hay mas cosas, os acordáis de los Astérix, aquello de “enrólate y verás mundo, dicen” o aquello de “viajando se conoce gente, dicen”. Pues el cicloturismo también permite socializar. No olvidemos que a la soledad no deseada se le ha calificado de “el mal del siglo XXI”, bueno será uno de males, de acuerdo; no exageremos, pero lo de “¿alguien se viene a merendar a Puente Viesgo?” o “¿a Liérganes?, también tiene pegada.
  • Otra más, uno no disfruta aisladamente del ciclismo, lo hace ligado a maravillosos paisajes, a espacios naturales, a experiencias culturales, incluso religiosas. Todos esos tipos de activo conforman nuestra cultura, son sin duda componentes de nuestro patrimonio. Lo que nos hace vivir bien. Pero con ese mundo de movilidad rápida que hemos creado nos hemos separado de buena parte de ellos. Bueno, pues al utilizar nuestra bici para recorrer el territorio, estamos poniendo en valor elementos olvidados, porque desde mi autopista a 200 km/h no se ven. Me encantan la Catedral de Burgos y la de León, pero hace poco lleve a unos amigos a Elsedo y se quedaron sin habla. No tanto por que sea bonito, sino porque al estar próximo y no estar en el “centro” no lo conocían. Y eso te hace preguntarte ¿qué más me estoy perdiendo?. El cicloturismo nos hace más ricos porque nos hace conocer mas en detalle nuestro mundo.

Bueno, la próxima ciclocaña se nos ocurrirá algo más que nos estamos poniendo intensos.

Las aventuras en bicicleta están al alcance de todos, empezando por la puerta de casa. Ya se trate de un viaje de un día o de diez meses, en bicicleta eléctrica o plegable, Europa tiene todo lo necesario para satisfacer necesidades y expectativas diversas. Sin embargo, el sector necesita pedalear fuera de su nicho y llegar a muchos más usuarios potenciales, convenciéndoles para que abracen el cicloturismo, en su más diversa comprensión. El análisis de viajes en bicicleta 2024 de la ADFC identifica tres razones principales para no realizar viajes en bicicleta: el esfuerzo físico, la falta de equipamiento y de compañeros de viaje.El sector debe trabajar para que el cicloturismo sea posible y agradable para personas de todas las edades, sexos, estratos sociales, orígenes y capacidades, trabajando en la inclusividad de las infraestructuras ciclistas, los servicios turísticos, el marketing y la cultura ciclista. Si la inclusividad empieza por contar historias, lea nuestro reciente artículo «Descubrir la libertad a través de una bicicleta adaptada».

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