Nos ha llegado un anuncio de una conocida marca nacional de bicis que ofrecían bicicletas en outlet, vamos lo que toda la vida fue una liquidación. Entramos a investigar y se nos quedaron los pelos como escarpias. Bicicletas de 5000 euracos. Es cierto que también las hay en el catálogo por 2500 euros, pero en todo caso cuando ves esas cifras te mareas.
Esta situación nos hizo pensar que al contar con un vehículo tan caro se establece una barrera para su uso cotidiano: la protección de la bici frente a robos. Nadie deja un vehículo tan caro al alcance de las manos ajenas. Pensando al respecto se nos ocurrió esta reflexión, ¿Qué podemos hacer para eliminar esa barrera disuasoria?.
La primera opción, bastante cínica, es tener una bici mala para el uso cotidiano y una buena para las grandes ocasiones. Parece una broma, pero ciertamente ahorra disgustos. Luego sustituyes la bici mala por el coche y volvemos y volvemos a empezar. (que decía la canción)
La segunda es ir cargado de cadenas y protecciones, lo que hace el viaje penoso y desasosegante, sujetar tija (a menudo telescópica) y sillín, sujetar cuadro y ruedas, sujetar batería y sujetar todo a un bastidor fijo. uff nos agota.
La tercera opción son los aparcamientos vigilados con cámaras, nuestra experiencia es que las cámaras no están operativas y cuando sufres un sabotaje no puedes contar con nadie.
La cuarta son los aparcamiento cerrados, como los que ha instalado el Ayuntamiento de Santander. No los hemos usado, pero la impresión es que están siendo usados para almacenar bicis, están siempre llenos y no inspiran confianza. Desde luego puede haber mucho de problema de gestión al respecto, que seguro que se resolverá, pero seguimos desconfiando de los espacios comunes. Nos gustaría mostrar la solución que vimos en el Ayuntamiento de Guecho y en la Universidad del País Vasco en el proyecto aparka y en otros sitios. Taquillas individuales , donde podemos dejar la bici e incluso cargarla.
La quinta son las redes de aparcamientos seguros como la red biciparc de valencia, que coordina lugares de depósito por toda la ciudad.
En paralelo encontramos modernamente nuevas posibilidades ligadas a la tecnología de geolocalización que son un complemento muy interesante. Tenemos por un lado los air tags, que son un producto de moda, que nos ayudaría a seguir la posición de la bicicleta, no es inatacable, pero para un descuido puede valer. Algo mas avanzado lo proporciona Decathlon en algunas bicis eléctricas con un sistema con tarjeta sim por 2 euros al mes.
Otra solución interesante es el llamado biciregistro se trata de un registro nacional de bicicletas que lidera la Red Nacional de Ciudades por la Bicicleta que permite incluir en una Base de Datos Nacional nuestra bicicleta y sus identificadores específicos, y que a través de una etiqueta con código QR permite verificar en todo momento la titularidad de la bicicleta y da apoyo sustancial a su recuperación si es robada. No es perfecto, porque las etiquetas se pueden arrancar, pero aun así permite coordinar las operaciones de búsqueda a escala nacional dificultando la receptación de nuestra bici y la venta en el circuito de segunda mano. Nosotros acabamos de registrar las nuestras, y es muy sencillo y operativo. Os inscribís, subís descripción y fotos a la plataforma y ya está. Después, si queréis, podéis obtener las etiquetas en el Ayuntamiento de Santander por un procedimiento sencillo, previo pago de 7 euros.
En fin que oportunidades hay, ánimo